domingo, 29 de mayo de 2016

Salinas, la ciudad de los perros

Todos, por lo menos una vez, hemos tenido algún inconveniente con un perro ajeno mientras transitábamos por una calle de Salinas. Es sabido que en nuestra comunidad hay una gran población de canes, con un promedio de dos perros por familia. Quien les escribe tres. Pero tener una mascota implica una serie de responsabilidades por parte del dueño o quien se haga cargo, una de ellas, que van mas allá de los cuidados propios del animal, es el de controlar que cuando estén sueltos sin nuestra vigilia no sean una amenaza para los transeúntes, ciclistas o motociclistas que transiten por las calles, ya que un descuido puede transformarse en un accidente y en una serie de problemas posteriores.




Hace unos días, una vecina de nuestra localidad y reciente colaboradora de Notas de Salinas, Ana Sanz Martínez, de nacionalidad española, transitaba en moto por una calle al sur del balneario, cuando tuvo un inconveniente con un perro que la salió a atacar, este le provocó una mordedura en su pierna derecha.  Aquí les dejamos la nota que nos hizo llegar.

Salinas, la ciudad de los perros

En los ocho meses que llevó en Salinas, me resulta ya común el ver pasear perros sueltos acompañados o sin ser acompañados por sus dueños por las calles de Salinas, en la playa, en la ruta…

Algunos de estos perros no resultan un peligro, ya que no van a ladrar ni se acercaran a las personas. Pero el simple hecho de que anden sueltos puede provocar el miedo de algunas personas y accidente. Además no sabemos la reacción que puede tener. Esta situación de los perros sueltos está trayendo problemas.

Sin ir más lejos el pasado jueves tuve un inconveniente con un perro en las calles de aquí. Yendo con la moto por la calle Ñandú, un perro que estaba junto a su dueña y otro perro más, (ambos sueltos) se dirigió ladrando hacia mí.
Yo por no atropellar al perro decidí ir más despacio, en eso que el perro se tira encima de mí y me acaba mordiendo la pierna. En ese mismo momento la dueña, que estaba presenciando la escena, no llamó a su perro ni se paró a preguntarme como estaba ni que me había ocurrido.

Avisé desde la moto a la mujer que su perro me había mordido pero no me hizo caso y además tuve que irme ya que el perro seguía detrás de mí intentando atacarme.

Tuve que parar unos metros más adelante, cuando el perro dejó de perseguirme, y ahí me miré la pierna y efectivamente tenía un corte y se me estaba inflamando.

Inmediatamente acudí al médico a que me viesen la herida y me mandaron una pomada y un antibiótico ya que las heridas de los perros son sucias. Acudí también a la policía para avisar de la situación, y que pusieran medidas ya que esa mujer se queda ahí con su perro sabiendo el peligro que puede tener.

Informándome con los vecinos de aquí, descubrí que esa misma mujer y su perro no son el primer inconveniente que tienen. Sin ir más lejos en los pasados días dicho perro atacó a dos gatos en casas vecinas y mató a uno de ellos.
Además de que ladra y sale a correr a todas las motos, lo que puede provocar una caída o accidente.

Conclusión: perdí tiempo de mi mañana, tengo un corte y una inflamación en el pie y tuve que gastarme 600 pesos de mi bolsillo porque un perro que estaba junto a su dueña decide atacarme y no se evita esta situación.

Desde aquí hago un llamado a todos los vecinos que tienen perros, que cuiden y respeten a los demás y si deciden llevar a sus perros sueltos que se aseguren que no son un peligro.

Ana Sanz Martínez

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