Días pasados se realizó la inauguración de un espacio público recuperado por personas privadas de libertad de la cárcel de Canelones. La actividad se llevó adelante en el balneario Santa Lucía del Este en el predio lindero a la escuela Nº 200, y contó con la presencia del Intendente de Canelones, Yamandú Orsi, y el ministro del Interior, Eduardo Bomoni.
La alcaldesa de La Floresta, Ivon Lorenzo, manifestó que gracias a la gestión con el ministerio del Interior se logró recuperar este espacio para el disfrute de todos. Alrededor de ocho fueron los internos de la cárcel de Canelones que trabajaron en el lugar. A ellos se suma el trabajo de los internos que transitan su rehabilitación desde el Polo Industrial del ex Comcar, quienes construyeron los juegos infantiles.
El Ministro del Interior Eduardo Bonomi, explicó la importancia de la rehabilitación y cómo este es el camino para que se produzca la rehabilitación de quienes están privados de la libertad. “Una forma de colaborar con la sociedad, cambiar hábitos es el camino y nosotros agradecemos a quienes permiten recorrer ese camino, agradecemos al gobierno departamental y a la alcaldía local”.
Como cierre de la oratoria, el jerarca comunal informó cuáles son los planes y expectativas. “No es lo único que hacemos con el ministerio del Interior, en futuro tenemos una articulación que queremos hacer, por ejemplo, el vivero que está pegado a la cárcel. No me olvido de cuando la gente privada de libertad trabajó en el Parque Roosevelt, y la evaluación fue siempre positiva. Es parte de una estrategia de trabajo de todos los días del cual todos nos tenemos que hacer cargo.
Tenemos que ver como podemos aportar de los gobiernos departamentales y locales”.
“Lindo que pasen cosas positivas, no todo es malo”
Vecinos acompañaron la inauguración de forma entusiasta. Gabriela, vecina de la zona, comentó el cambio ocurrido en el lugar. “Esto era un monte donde se tiraba todo el desperdicio del balneario y la verdad que muy correctamente estuvieron trabajando 15-20 días los presos de Canelones. Siguieron con los arbustos y quedaron los eucaliptus. Cambió totalmente, trajeron juegos para los niños va a ser un buen lugar de esparcimiento”. Por su parte, Gabriel, hace 20 años que reside allí. Para él es “un cambio importantísimo, yo hace mucho que vivo acá y la verdad que la idea de que trabajen los presos, un cambio de actitud está bueno. Esto era un baldío, yo vivo enfrente y esto era una boca de lobo. Lindo que pasen cosas positivas, no todo es malo”, concluyó.
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