COMUNA REMOVIÓ A TRES FUNCIONARIOS Y SUMARIÓ A SIETE
POR VENTAS ILEGALES
Unos 700
terrenos fueron ocupados en forma ilegal en los balnearios Neptunia, Salinas y
Pinamar Norte y Marindia en 10 años, según estimaciones de la Alcaldía de
Salinas. El fenómeno se repite en El Pinar, Cuchilla Alta y Parque del Plata.
Foto Inés Guimaraés para el País |
Extractado de |
Por Eduardo
Barreneche
"Por
eso no brindamos más información en el municipio de Salinas sobre deudas o
casos de derechos posesorios, salvo que el dueño presente los títulos de
propiedad. Lo que está ocurriendo acá (Neptunia Norte) es una bola de
nieve", dijo a El País el alcalde interino de Salinas, Héctor Joney Silva
(Frente Amplio-Asamblea Uruguay).
La Alcaldía
de Salinas, que lleva un registro de cada una de las ocupaciones en la zona,
constató que los fraccionamientos irregulares en Neptunia Norte replican
estrategias aplicadas en otros balnearios. Estas son: loteos clandestinos
realizados con las firmas de escribanos mediante la venta de los derechos
sucesorios; negocios de predios entre particulares por precios que oscilaron
entre $ 10.000 y $ 90.000 y ocupaciones de lotes sin pagar nada hechas por
personas desesperadas en tener un lugar donde levantar una vivienda precaria
tras recibir informaciones de familiares o amigos.
También se
sospecha de ventas de terrenos hechas por empresas que poseen grandes
superficies de tierra en esos balnearios pero que adeudan sumas millonarias a
la Intendencia de Canelones por concepto de contribución inmobiliaria. Como los
tributos municipales superaban el valor del bien, decidieron fraccionarlo en
forma irregular.
Las ventas
fraudulentas de terrenos en la zona balnearia derivó en investigaciones
administrativas y en sumarios a funcionarios de la Intendencia de Canelones, ya
que estos vertían informaciones sobre predios con deudas que superaban los 30
años.
Según el
alcalde, "se sospecha" que existe participación de funcionarios
municipales en las maniobras con derechos posesorios en la zona balnearia.
Agregó que tres empleados canarios fueron removidos de sus cargos y otros siete
sumariados.
Oleada.
La
"moda" ahora es ocupar predios en Neptunia Norte, el único balneario
que aún tiene grandes superficies cercanas a la Interbalnearia.
Silva estimó
que, solo en Neptunia Norte, ya hay unos 120 terrenos ocupados en forma ilegal.
Agregó que la mayoría de los ocupantes son personas de trabajo que no pudieron
acceder a la vivienda en Montevideo aunque hay otros que no tienen hábitos
laborales porque la inseguridad se incrementó en la zona.
Muchos de
los terrenos ocupados en Neptunia pertenecen a argentinos, quienes compraron la
totalidad de los bienes o lo señaron con la promesa de que los lotes se
encontraban a poca distancia del mar. Cuando descubrieron que habían sido
engañados, los abandonaron. Otros inmuebles pertenecen a empresas.
En los
últimos 15 días, una nueva "oleada" de ocupantes provenientes del
barrio 40 Semanas (Montevideo), Colonia Nicolich, Toledo y El Pinar (Canelones)
y de otras zonas del interior del país, realizaron marcaciones con piolas,
tanzas y nylon de color amarillo para dividir las distintas parcelas. Por
ejemplo, sobre la calle Los Naranjos ubicada al norte de la Ruta
Interbalnearia, se observa una serie de rancheríos hechos por costaneros de una
sola pieza. La mayoría de ellos están deshabitados porque los
"ocupas" consideran que les generan derechos sobre la propiedad pese
a no estar en el lugar. En otros hay familias con niños. (Ver nota aparte).
Al final de
la calle Los Naranjos (Neptunia Norte), hay un pequeño barrio donde la mayoría
de las casas fueron levantadas sobre terrenos adquiridos mediante la
transferencia de derechos posesorios.
"Las
ocupaciones irregulares de terrenos no ocurren solo en Neptunia. También
suceden en otros balnearios" de Canelones, dijo Silva.
Según
estimaciones efectuadas por la Alcaldía de Salinas, en la última década fueron
ocupados, en forma ilegal, unos 700 terrenos en los balnearios ubicados entre
Neptunia y Marindia. En el asentamiento de Neptunia Norte, hay unos 120 predios
ocupados; en el de Tropa Vieja, 200; en Pinamar Norte, 80 y en Marindia unos
300.
Por ejemplo,
una funcionaria del Juzgado Penal de Atlántida compró recientemente una casita
en el balneario San Luis. Un individuo adquirió los derechos posesorios del
terreno de al lado por $ 30.000 y ya le comunicó que levantaría allí un rancho
de costaneros.
Amenaza.
Frente a un
pequeño barrio campestre privado que, en forma inusual carece de garitas y
guardias privados, hay un predio de 60 hectáreas. En el otro extremo del barrio
privado se encuentra la Ruta Interbalnearia y sus otros dos límites laterales
son el arroyo Pando y la Ruta Interbalnearia.
Hace menos
de un año, un ocupante instaló un rancho cerca del peaje Pando. Hoy son casi
una veintena. El temor de los propietarios de las 14 casas en barrio es que
todo el predio se transforme en un gran asentamiento. "Con los ocupantes
de Neptunia Norte ya se incrementó la cantidad de basura y los robos.
Pretendemos que haya un plan de ordenamiento territorial y de vivienda para
regularizar la situación en la zona", dijo un vecino a El País.
Los vecinos
de Neptunia Norte se quejan de la inacción de la Justicia Penal de Atlántida
ante los continuos delitos de usurpación.
Puntos de vista
Vecino: "Hay más robos y basura en el
balneario"
"Tenía
pensado ampliar mi casa para hacerle un dormitorio a mi hija. Ahora lo estoy
pensando seriamente. Si el terreno de enfrente se llena de `okupas`, no sé si
querré que ella viva acá con toda la inseguridad que esto acarrea. Con el
incremento de las ocupaciones en Neptunia Norte, la basura empieza a abundar.
También los robos. Vine aquí con el objetivo de vivir tranquilo y alejarme del
desorden. Pero ahora pululan las ocupaciones y los rancheríos. El Estado
debería ejecutar un plan de ordenamiento territorial para regularizar las
ocupaciones de terrenos y darle una vivienda digna a esa gente. Pero se debe
respetar la propiedad privada.
(Vecino de Neptunia Norte)
Ocupante: "Con mi mujer vivíamos en un
monte"
"Hace
tres meses que llegamos acá con mi esposa. Antes vivíamos en un bosque de El
Pinar, en una carpa. Pero como mi esposa quedó embarazada salimos a buscar un
lugar para la bebé. Estuvimos cuatro meses viviendo en un local de la Iglesia
Evangélica adonde vamos. Un amigo me contó de estos terrenos. Llegué y me metí.
Después armé un rancho con costaneros. Pero como se llovía lo cambié de lugar.
Este rancho no se llueve. En el techo le puse nylon y una lona de camión.
Además le armé un piso con costaneros para que el agua pasara por debajo.
Vivimos de las changas que hago en El Pinar. Estoy seguro que no nos van a
sacar. Me enteré que el dueño no quiere nada con el terreno".
(José, un ocupante)
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